La presente es una propuesta de formación creada a partir de un convenio entre la Escuela para la Innovación Educativa, la Organización para la Educación de la Primera Infancia y la organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep Argentina).
La inclusión de la Diplomatura Superior en Educación Maternal, responde a los requerimientos normativos, políticos y pedagógicos que regula la Ley Nacional de Educación N° 26206 y sus homónimas; que establecen al nivel inicial, como primer eslabón del sistema educativo, reconociendo a la educación en los primeros años de vida como un bien y un derecho social al cual deben acceder todos los niños interpelando a la vez a todos los profesionales de la educación infantil, al desafío de incluir dentro de sus prácticas de buena enseñanza a los más pequeños:
La educación infantil es un derecho social de todos los niños, ha sido consagrada por la Convención Internacional sobre los derechos del Niño, a la luz del paradigma de la protección integral y ello ha sido ratificado en la Nueva Ley 26.206 de educación de Argentina, en cuyo artículo 2º declama que “la Educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado” (Mayol Lasalle Mercedes, 2008)
Sin embargo, y a pesar de los avances políticos, normativos y culturales logrados en relación a la “visibilización” de estas niñas y niños pequeños, en nuestro país, no se operan cambios importantes, por lo menos los que se necesitan para iniciar o crear instituciones acordes a las necesidades de estos sujetos: educación sistematizada e integral a partir de los 45 días a 2 años, intervenciones educativas en manos de profesionales (especializadas en educación maternal), equipos interdisciplinarios (también especializados en este campo) propuestas de enseñanza organizadas, secuenciadas y con intencionalidad claramente pedagógica.
Esto puede deberse, entre otras cosas, a la ausencia de espacios de formación referidos a la educación maternal y a la escasa concientización y las falsas afirmaciones de que los niños en sus primeros años solo pueden ser estimulados, por otro lado, existe un cierto desconocimiento de aquello que puede ser enseñado a las niñas y niños menores de 3 años y se da prioridad a aspectos solo asistenciales, o médico-higiénicos que hacen que se siga poniendo en duda la enseñanza integral, la posibilidades desarrollo personal y social, y la alfabetización cultural como bienes que como sociedad debemos brindar a los niños, desde sus primeros meses de vida.
Por lo tanto, buscamos una propuesta educativa que contemple no solo una mejor calidad de enseñanza, sino la concreción de una formación profesional integral, de modo tal que los profesionales se apropien de nuevos saberes y habilidades, fortaleciendo su capacidad de reflexión y acción, entendiendo las necesidades de las niñas y niños pequeños y sus familias